Aunque la belleza de Bangkok no es comparable a la de muchos de los espacios naturales de Tailandia, la capital del país ofrece un sin fin de posibilidades de ocio para todos los gustos y bolsillos. Puedes hacer un millón de cosas gratis o casi gratis en esa vibrante ciudad. ¡Aquí aburrirse es imposible! Y arruinarse también si uno sabe dónde están los mejores planes y los más baratos.
1. Vista panorámica de 360 grados de Bangkok
Cualquier guía de Bangkok que se precie recomendará encarecidamente encaramarse al bar de uno de sus rascacielos para disfrutar la ciudad desde las alturas. Si, estos garitos son fantásticos, no cabe duda, pero se escapan del presupuesto de muchos visitantes. A quien quiera disfrutar de una vista panorámica de 360 grados sin tener que empeñar un riñón le sugiero hacer una visita al Golden Mount, el monte dorado. Un templo budista de entrada gratuita situado sobre un pequeño montículo desde el que se tiene una magnífica vista del lugar que revela el impresionante skyline lleno de torres y rascacielos.
2. Clases de aeróbic y Tai chi en el parque
Al menos dos veces al día el Lumphini Park se llena de deportistas. Casi cada día a primera hora de la mañana (entre las 6:00 y las 7:00) y antes de la puesta de sol (entre las 17:00 y las 19:00) encontrarás megaclases de aeróbic y grupitos de thai chi, todos con musicón o musiquilla y profesores que sirven de guía. No es necesario inscribirse, basta con que te acerques al parque con ropa deportiva y te unas a la masa. Los grupos pueden ser realmente numerosos (de más de un centenar de personas), si quieres ver al teacher procura ponerte en las primeras filas.
3. City Pillar Shrine
De todas las atracciones turísticas de Ratanakosin casi toda la fama se la llevan el Palacio Real y su verde buda esmeralda, y el Wat Pho y su enorme buda reclinado. Estas suelen ser dos de las paradas que todo turista hace en la zona antigua de la capital de Tailandia, paradas obligatorias que dejan un considerable agujero en el bolsillo, sobre todo la del Palacio Real (la broma cuesta 500 baths, casi 12 euros). A lo que nadie hace caso es al City Pillar Shrine, un coqueto complejo que atesora la primera piedra, perdón pilar, de la ciudad, supuestamente colocada por el mismísimo Rama I. Encontrarás este remanso de paz totalmente gratuito justo en frente del Palacio Real y el Wat Pho (en el lado del río no, en el otro).
4. Crucero por el Chao Phraya
Una de las actividades estrella de Bangkok es hacer un crucero por el Chao Phraya, a poder ser con cena y violines tocando al atardecer. No obstante, si la escena no te seduce o tu cartera dice que nada de despilfarros, no hay razón para que no te montes tu minicrucerillo por el río más famoso de la urbe. Por tan solo 20 bahts (0,46 euros) podrás subirte al barco de pie o sentado y navegar de una parte a otra de la ciudad. No tiene comida, no tiene orquesta, pero flota sobre el agua igual.
5. Meditar en el Wat Arun
Muchos son los que marchan a Chiang Mai a hacer retiros espirituales en monasterios apartados de la mano de dios. Pues bien, no es necesario subir tan al norte para comenzar a meditar. En el Center for Buda-Dhamma Practice and International Charity que encontrarás justo detrás del Wat Arun hacen sesiones para principiantes totalmente gratuitas todos los días sin excepción a partir de las 16:30 horas. Cuidado que enganchan.
6. Bangkok en bici
Las autoridades de Bangkok ponen a disposición de cualquier visitante que lo desee una amplia red de bicicletas cuyo disfrute los primeros 15 minutos es absolutamente gratuito. A partir de ahí los baths empiezan a correr sin prisa pero sin pausa. Una hora sobre dos ruedas te costará 10 baths (0,23 euros), tres 20 (0,46), cinco 40 (0,90) y así sucesivamente. Si superas las 8 horas el precio del alquiler de la bicicleta es de 100 baths (2,32). Hay más de cuarenta puntos donde coger y dejar bicicletas en la ciudad, la mayoría en el centro, todos pensados para un ciclista urbano que quiera abordar la city de una forma ecológica y diferente.
7. Ver parte de un ping pong show
Los Ping Pong shows de Pat Pong y Nana que han proliferado en los últimos años tienen buena parte de la culpa de la reputación sórdida de Bangkok. Estos espectáculos de dudosa reputación muestran señoritas haciendo un sinfín de actividades con sus vaginas, desde soplar velas hasta abrir botellas (y estas son las ‘actividades’ más suaves que se me ocurre mencionar). Podrás ver el menú completo de la actuación antes de pasar y si, te invitarán a entrar un minuto gratis para convencerte de que merece la pena contemplar tamaño circo. Personalmente tengo serias dudas de la legalidad de los Ping Pong shows y, sobre todo, de las condiciones de trabajo de las mujeres que hacen los ‘trucos’. Pagando o sin pagar yo no acudiría a ninguno, no me parece ético contribuir al éxito de una industria que intuyo beneficia en muy poco a sus principales protagonistas.
8. Regatear en los mercados
Si algo hay en Tailandia son mercados. También en Bangkok existen infinidad de lugares para comprar y, sobre todo, regatear por los que merece la pena pasar aunque solo sea a curiosear. Es inmenso el que se monta los fines de semana en Chatuchak, pero fuera del fin de semana siempre encontrarás gran cantidad de puestos en Silom y Nana, según mi experiencia con vendedores más generosos en los segundos que en los primeros. Mención especial merece el Barrio Chino que se articula alrededor de Yawaorat, un inmenso comercio chino hecho de mil puestos en los que encontrar de todo, desde comida hasta telas pasando por electrónica, adornos para el pelo y gorros para la playa, en muchas ocasiones de venta al por mayor.
9. Ir a un “baño temático”
No, ir al baño en Bangkok no es cosa gratuita por sistema. En muchas estaciones de tren la entrada al excusado requiere un pago de unos cuantos bahts (normalmente entre 2 y 10), tanto para hombres como para mujeres. Los centros comerciales, esos oasis de aire acondicionado en mitad del asfalto de la gran ciudad, permiten el paso a todos los posibles clientes que incluye un pase libre e ilimitado a sus lavabos. Si estás en Sukhumvit y te entra un apretón acude al Terminal 21, un modernísimo gran almacén de al menos siete pisos que ha decorado sus urinarios de forma temática. ¡Cada uno es un país! Un país que está impecablemente limpio y bien decorado.
10. Comer auténtica comida tailandesa
No te equivoques, los auténticos puestos de comida tailandesa no regalan los platos pero en ellos comer o cenar es casi gratis, con seguridad puede costar menos de un euro. Por entre 35 y 40 baths (0,80 y 0,92 euros) puedes hacerte con un buen plato de pad thai o de noddles con condimentos varios en el mismo corazón de la ciudad y tomarlo sentado, aliñado y, si los del carrito se enrollan, con agua potable. ¿Qué no sabes qué tienes que probar cuando vayas a Tailandia?