Nunca habrá mejor momento que ‘ahora’ para hacer realidad tus sueños. Los días corren, los años vuelan y sabes que tu tiempo en el planeta es limitado. Como dice el refrán, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Descubre estas experiencia antes de cumplir 40. Lo estás deseando, ¡y lo sabes!
1. Dormir en un hotel de hielo
¿Qué frío ni qué frío? Que un edificio esté hecho de hielo no quita para que resulte la mar de acogedor. Fuera prejuicios, arriba mantas y descubre todo lo que estas instalaciones tienen que ofrecer. Algunas de ellas, además de una caliente experiencia helada regalan unas vistas de escándalo. Es el caso del resort ártico de Kakslauttanen cuyos iglú-hoteles están techados con un cúpula de cristal que permite disfrutar del cielo finlandés a cualquier hora del día. Ver la aurora boreal desde la cama si se puede.
Hotel Kakslauttanen
2. Cruzar Sudamérica usando la Carretera Panamericana
Hablar de Carretera Panamericana, Ruta Panamericana o Panamericana sin más, es hablar de la enorme carretera de más de 25.000 kilómetros de longitud que vertebra América de norte a sur. Va de Alaska (EE.UU) a Buenos Aires (Argentina) y, extraoficialmente, alcanza la chilena ciudad de Quellón y la Ushuaia argentina, para muchos el fin del mundo. Recorrerla es una aventura en toda regla que puede hacerse casi íntegramente por tierra. Solo entre Panamá y Colombia tendrás que salvar por mar o aire el corte que supone el Tapón de Darién. Si quieres hacerte una idea de lo que te espera si tomas este camino no te pierdas La Costura de América, una webserie que narra el trayecto.
Ruta Panamericana
3. Dormir bajo las estrellas en el desierto
En el desierto hay mucho más que ver de lo que uno piensa, por eso conviene pasar allí 24 horas como mínimo. Si en un lugar tan imponente como por ejemplo el Sahara ya es deliciosa la vista de las dunas infinitas surcadas por camellos, el llegar la noche, ¡ay al llegar la noche! El cielo se revela salpicado de estrellas que a falta de contaminación lumínica parecen brillar con más intensidad que nunca. ¿Quieres dormir bajo las estrellas en el desierto de lujo? Entonces harás bien en encontrar el oasis de Yadis Ksar Ghilane, un curioso campamento tunecino con piscina y haimas con baño propio en las que resulta un placer pernoctar.
4. Subir una montaña alta
La cima es lugar que todos querríamos alcanzar al menos una vez en la vida. Por suerte, físicamente es posible. Elige una montaña alta, la que quieras y, ¡súbela! No importa si está a tiro de piedra de tu casa, o a muchos kilómetros de distancia, lo importante es que estés preparado adecuadamente para afrontar el reto. Ahora, no quieras subir el Everest en una hora. Empieza por algo sencillito. Primero 500 metros, luego 1.000, más tarde 1.500 y así sucesivamente. Con tiempo y buen entreno serás capaz de llegar tan alto como quieras. ¡Ya lo verás!
Everest
5. Ver las auroras boreales
Las luces del norte son el sueño de muchas personas. Y es que, ¿quién no querría ver esos cielos imposibles que se visten de colores ajenos al frío que custodia sus altas latitudes? Visita el norte de Noruega, Finlandia, Rusia, Suecia, Canadá o EE.UU. en el momento adecuado para encontrarte con este impresionante fenómeno natural. Calmos pueblines al borde del círculo polar ártico como es el caso de Kvaloyvagen, recomendado por la fotógrafa Ainara García, son ideales para esperar que se tiña el cielo. Si uno es un explorador nato, seguramente te guste más salir a su encuentro en avioneta como proponen en Escocia. La emoción está asegurada.
Auroras Boreales
6. Dormir en un hotel en un árbol
Hollywood ha introducido con éxito en nuestro imaginario el concepto ‘tener una casa del árbol’. Sin embargo, esto no es solo cosa de niños, los mayores también pueden jugar. En pleno siglo XXI, uno puede encontrar hoteles en los árboles casi en los cinco continentes, Europa incluido. Si lo deseas puedes pasar una noche en una cabaña en un árbol en Cataluña o el País Vasco, muy cerquita de Sant Hilari Sacalm y Otxandio, respectivamente. Cualquiera de estas cabañitas son una preciosidad. Si Bart Simpson se entera morirá de envidia.
7. Cenar y tomar cócteles en el bar en la azotea de un hotel de lujo
Por todo lo alto, así es como se siente uno mientras cena o toma cócteles en la azotea de un hotel de lujo. Una noche es una noche, no escuches los lamentos de tu cartera y date el capricho. Disfrutar de un copazo en el Vértigo and Moon Bar que corona el Banyan Tree de Bangkok no tiene precio. Bueno, lo tiene, pero mejor no pienses en él mientras disfrutas de la vista del mar de luces que se ve desde uno de los rascacielos más altos de la capital de Tailandia.
Vértigo Bangkok
8. Perderte en Angkor Wat
Ankor Wat es la estructura religiosa conocida más grande que haya visto la humanidad. Sus más de 200 kilómetros cuadrados al descubierto (aunque los investigadores hablan de una extensión mucho mayor, de hasta 3.000 kilómetros cuadrados), hacen que este el lugar más visitado de Camboya y uno de los más frecuentados por quienes se acercan al sudeste asiático. Sí, este es uno de esos sitios que todos deberíamos recorrer al menos una vez en la vida, mucho mejor en bicicleta que a pie pues tiene mucho que ver. No te dejará indiferente.
Angkor Wat
9. Hacer senderismo en Nepal
Para todo amante de los grandes paseos de montaña Nepal siempre es un destino en mente. Si llegas hasta este alto país hazlo con días de sobra, buen calzado y mochila ligera. Solo así podrás explorar y disfrutar de su basta naturaleza a pie. Uno de los circuitos de trekking más populares es el del Annapurna, una ruta que han tomado ya miles de turistas, visitantes y no pocos mochileros. Si la tomas buen camino.
Trekking en el Annapurna
10. Explorar las islas griegas en barco
Quienes piensan que el paraíso queda muy lejos de casa y es resulta carísimo se equivocan. Con tiempo, un barco, y un Mediterráneo en calma lo encontrarás prácticamente a la vuelta de la esquina de todas y cada de las islas que rodean la península helénica. Recorre las Jónicas, las Sarónicas o el Dodecaneso, navega cuanto te apetezca entre el más de centenar de islas de Grecia que aguardan tú visita. Visita Ítaca si te place y atraca en la bahía de Vathí, Ulises estará muy orgulloso de ti.
Islas griegas en barco